viernes, 3 de octubre de 2014

Poesía de La Matanza, una riqueza que crece

Entrevista a Eduardo Dalter

Durante estas tres décadas se fue forjando en esta franja del Oeste del conurbano un verdadero horizonte de creadores, con obras que denotan en numerosos casos un nivel destacable. A propósito de esta realidad, charlamos con el poeta Eduardo Dalter, autor de una intensa obra y agudo conocedor del tema.

¿Cómo ves esta realidad literaria y cultural del Oeste del conurbano?
– Es sin dudas auspiciosa. Se comienzan a ver los frutos de un largo trabajo, a contar desde aquellos años en que poco se sabía si había poetas y escritores, y éstos debían inclinarse sin otra alternativa a establecer intercambios y relaciones en ámbitos que ya tenían algún desarrollo. Porque todo este campo fue floreciendo de a poco, con mucho riego, y a veces mucha soledad.

¿Podría afirmarse que literaria y culturalmente La Matanza tiene historia?
– Hay un comienzo de historia mítico, y lo proyecta Almafuerte, con esos versos que dicen “no te des por vencido ni aun vencido”, y que se conocen en todo el continente. Pero en lo más cercano, por lo que tengo visto y leído, entre algunos emprendimientos precedentes, es justo destacar en primer lugar los dos ciclos de poesía, llamados “Del monólogo al diálogo”, que organizó en el otoño de 1971 la Casa de la Cultura de Ramos Mejía, donde participaron Virginia Hansen, Elina Locatelli, Lucina Alvarez, poeta y docente desaparecida, y yo mismo, entre otros jóvenes poetas; y, hacia mediados de esa década, un joven poeta de González Catán, Omar Cao, nacido en 1948, autor de varios libros, “Emigrado de la Luna” (1976), entre otros, funda por aquí con el poeta Hugo Salerno, nacido en 1942, el grupo  poético y las ediciones de “La Luna que se cortó con la botella”, que en la medida que lo vayamos descubriendo es un hecho con historia. Por otra parte, la antología “14 jóvenes poetas argentinos”, que preparé en Villa Luzuriaga y que publicó “Crisis” en 1975, primero la presenté sin éxito en la Municipalidad. Como acotación, sería oportuno subrayar que la joven y talentosa poeta Lucina Alvarez fue docente hasta su desaparición de la Escuela de Estética Nº 1, de Ramos Mejía. 

¿Cuándo van concluyendo las soledades?; ¿cuándo se comienza a tejer un ámbito?
– Ya en los tiempos previos a la Guerra de Malvinas, de modo lento pero persistente se van estableciendo con mayor firmeza los tejidos, y aquí habría que citar también a los poetas Ricardo Rubio (1951), creador de una muy nutrida obra, de Lomas del Mirador, y Carlos Kuraiem (1956), de Virrey del Pino, entre otros. Porque además, en un momento dado, años ’90, circularon en La Matanza cuatro publicaciones literarias independientes, con ediciones regulares que se fueron  prolongando durante años y que recogían poemas, narraciones y artículos de poetas y escritores locales y de todo el país. Trataré de recordar: las ediciones "Cucaña”, publicadas en Tablada por el poeta Daniel Battilana (1962); “La Luna que…”, que desde comienzos de la década del ’80 contó con la dirección de Ricardo Rubio; el suplemento “El Angel”, fundado en 1995, en Virrey del Pino y coordinado por Carlos Kuraiem; y “Cuaderno Carmín”, que dirigí hasta 2002.

¿Cuáles son las voces de estos años cercanos?; ¿qué signos las distinguen?
– Además de los poetas citados existe un horizonte de voces conocidas y de otras que se están dando a conocer. Habría que citar a Lía Miersch, poeta de Villa Luzuriaga y autora de tres libros; “Tigre de metal” (2007) es uno de ellos. Patricia Verón (1965), de San Justo, quien ya publicó cinco poemarios; “Ladrido y Luna” (1999) y “Paloma en armas” (2007), entre otros, además de integrar el staff de “El Angel”, de Virrey del Pino. Elizabeth Molver (1969), de Lomas del Mirador, quien el año antepasado presentó su tercer libro: “Mujeres en un cuaderno borrador”. Anahí Celeste Cao (1975), hija del poeta Omar Cao, cuyo libro editado en 2011 se titula “Puente Rojo”, y “Territorio”, de edición reciente. Y María Sueldo (1980), autora de “Propia sombra” (2004) y de un poemario inédito. Ello además de Gino Bencivenga (1946), quien es también un laborioso hombre de teatro, y de Domingo de Cristófaro (1959), este último autor de “Minuciosa llovizna” (2006), ambos vecinos de Gregorio Laferrere. Y del joven poeta Víctor Cuello, de Catán, y de David Birenbaum, de Villa Celina. Aunque, por peso propio, cabe también la cita del narrador Pedro Chappa (1946), de Isidro Casanova, con una constante de trabajo, entre otros narradores que vienen difundiendo sus páginas, y que habrá que ir abordando con detenimiento, y entre los cuales es preciso referir el tiempo presente de los poetas y narradores de “Autores de La Matanza”, quienes organizan regularmente numerosas actividades. O sea: existe una trama, una historia, además de un marco de actividades, que habrá que destacar, y donde queda la evidencia de una diversidad siempre identificada con una complejidad vivencial sencilla y con una expresividad vigorosa, en cercanía siempre de la experiencia misma.

¿En qué punto, en qué circunstancia, nos encontramos?
– Nos encontramos ante un camino andado, ante un conjunto de obras en marcha, que la propia historia y la evolución del Partido indican que ya se hace necesario descubrir de modo abierto, porque revelan el potencial y la riqueza creativa de la zona, y también su propia substancia. Por otra parte, la presencia de una universidad nacional, como la Universidad de La Matanza, que entre otras cosas hizo que el libro y el conocimiento en la esfera local sustenten un punto de encuentro de profunda incidencia social. Asimismo el desarrollo y el crecimiento de La Matanza, pienso, implican una realidad cuantitativa y, sobre todo, cualitativa, con sus fuertes desafíos y sus necesarias adecuaciones. En verdad La Matanza, por cantidad de habitantes y por dinámica, obra en el país como una provincia, entre las más laboriosas y con una historia que viene, como sabemos, desde muy lejos. Este desarrollo, este crecimiento, expusieron al Partido, como vemos, ante sus nuevas realidades, como por ejemplo, por nombrar lo más notorio, el déficit del sistema hospitalario y de salud en relación a una población de más de un millón y medio de habitantes, que habrá que ir resolviendo. El tema cultura, entiendo también, no es un asunto menor, y mucho más cuando el Partido sustenta una producción cultural y artística que se viene destacando en el conjunto del conurbano, y que atañe, nadie lo dude, a su identidad, y a la completud de su cuerpo.

¿Qué hechos puntuales o momentos creés que sería oportuno mencionar?
– Los hay, indudablemente. Pero lo que sería importante destacar es la cercanía de importantes poetas que enriquecieron las letras locales con su presencia, y con sus poemas, como Luis Luchi, Elvio Romero, y Emilse Anzoátegui, quien trabajó como una buena vecina más, o ya como una hija adoptiva, entre algunos otros, y el intercambio con los poetas de Haedo, Morón y  Castelar. En fin; no es poco... 


Tomado del periódico El Nuevo Día, julio de 2014.

1 comentario:

  1. se hace camino al andar, y mejor revisando el camino, un trabajo necesario, es una suerte que dalter lo haya hecho, es un punto de apoyo

    ResponderEliminar