viernes, 3 de octubre de 2014

Vidalita, de María Elena Walsh




ME DA UNA TRISTEZA…

Me da una tristeza
este olor a nadie
tan antiguamente
pobre Buenos Aires.

Modestos silencios
suben de la calle
y son parecidos
a los hospitales.

Ante una ventana
se vuelven cobardes
bastantes humanos
hasta algunos ángeles.

En un cenicero
cabe una catástrofe.
Por ejemplo un peine
representa cárcel.

Parece mentira
pero qué desastre
es ver que las hojas
se van de los árboles.

Estas cosas pasan
cualquiera lo sabe.
Los otoños son
unos criminales.

Aquí no hubo guerra
sólo un homenaje
a frecuentes víctimas
del tango y el aire.

Hasta las paredes
se sienten culpables.
Nadie se imagina
lo que es Buenos Aires.



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