Mi vieja y yo volábamos
sobre una alfombra de alegría
viernes al ocaso de compras
y a la noche
las comedias de Pacheco
juegos de palabras
en su humilde dialecto
de un pequeño pueblo
de Avellino
canciones viejas
de algún festival de San Remo.
Una máquina de coser
y a pedalear
para alcanzar el futuro
ése que nunca se parece al de los sueños.
Mi madre cocinaba para los dioses
y ahora está cansada
pero aún espera
rodeada de fotos
y chucherías
algo que se parezca
a la felicidad.
*
MINUCIOSA LLOVIZNA
Entre la escuela
y yo
este barro:
minuciosa llovizna
lo amasó durante horas
y mis pies
se levantan
–pasitos cortos–
se apoyan de plano
–nada de “taco y punta”–
se hunden pero me siguen
no se clavan
en el suelo.
Rutina trivial
de frío y sueño
con la que empiezo
cada día
a ganarme el pan.
De Minuciosa llovizna (2006)
Compañero no se si la lluvia es minuciosa pero lo que se es que cuando llueve en la Matanza el agua nos llega hasta las rodillas. Vamos todavía!!!
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