domingo, 4 de octubre de 2015

A 60 años de la publicación de una obra insoslayable


Elías Carpena y su libro “El cuatrero Montenegro”






Este año se cumplen seis décadas de la aparición de una de las obras más destacadas del poeta y narrador Elías Carpena, la cual conforma junto con los Romances del pago de la Matanza (1958), también de su autoría, uno de los núcleos referenciales de la historia de las letras matanceras, a contar desde Almafuerte.

El hecho de ser sus motivos y sus páginas prácticamente desconocidos en el Partido, inclusive para los historiadores locales, al menos en estas décadas y con la excepción de la Universidad local, no hace mella en una obra básica para el historial cultural de La Matanza, y que, no dudamos, en algún momento habrá de ser dispuesta en su sitio.


El cuento El cuatrero Montenegro, que es pieza central del libro de igual nombre, deja en evidencia el conocimiento profundo que el poeta tenía del habla, de las costumbres y del paisaje humano orillero, también de los rigores de una vida entre paria, gris y desolada, y donde el inclemente poder conservador hacía estragos.


La pluma de Carpena, en su momento destacada por los críticos Cambours Ocampo y Ángel Mazzei, supo dibujar con maestría y agudeza en sus valiosas obras de base, que también son documentos,  los perfiles del hombre de los bordes y de los abismos sociales para dejar testimonio encendido de la vida ruda y al desnudo en el Partido.


La historia en cuestión tiene lugar en un duro y agitado itinerario, como leemos, en las postrimerías del bajo Flores, en Villa Lugano, en las orillas del Río Matanza, en las cercanías del Puente La Noria, en proximidades de la avenida Campana (por estos años Crovara) y, ya en forma de ánima o de alma del ya cercado cuatrero, en los bajos de Laferrere.


Otra vez Carpena atraviesa los horizontes querenciales para ir desgranando las instancias de su historia, que por lo que podemos suponer acontece en los albores (o algo después) del controversial siglo XX, cuando La Matanza, aún en el habla corriente llamada pago, era tierra de paisanos, de tropilleros, de chacras, de soledades y de baldíos.


                                                                                 Eduardo Dalter
                                              y Redacción de Poesía de La Matanza, blog

De El cuatrero Montenegro; Editorial Ciordia & Rodríguez, Buenos Aires, 1955.

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