domingo, 16 de septiembre de 2018

Cuatro haikus de Lía Miersch

Una de las voces más firmes y trascendentes del Partido...





Demolición
Sólo queda una puerta
Ninguna llave

     
           

Subte hora pico
Furtivo cuerpo a cuerpo
para un gran tango

                 

Después del fuego
Pájaros de rapiña
en las cenizas

     
          

Desocupados
Maniquíes desnudos
en la vereda



Del libro Haiku Negro; Edit. Dunken, Buenos Aires, 2012.

sábado, 28 de julio de 2018

LulaLivre * LulaLivro


Un testimonio insoslayable, acerca de una realidad política brutal, encarnado en las voces de más de 80 escritores y artistas brasileños.




                                                                                                         O ódio ao Lula é o ódio aos pobres.
                                                                                                                                                                          CHICO BUARQUE

Con una presentación anunciada para el 28 de julio, que ha movilizado a vastos sectores del acontecer cultural y artístico de todo Brasil, la obra “LulaLivre * LulaLivro” reúne los relatos, crónicas y poemas de más de 80 escritores, poetas y artistas brasileños, que se dieron cita para expresar el momento que respira ese populoso país, también bajo una emboscada que implica a un poder judicial corrupto, a una prensa falaz y desencajada, a unas fuerzas represivas y a una embajada americana coordinadora, que como antaño siempre prodiga sus avanzadas.

Los escritores y artistas convocados reclaman la libertad inmediata del ex presidente y líder del povo brasileiro, ilegalmente detenido, además de dejar un lúcido testimonio de las patéticas jornadas y ya de los duros horizontes, con nombres ampliamente conocidos en el marco de las actividades culturales del continente; entre otros: Eric Napomuceno, Frei Betto, Ronaldo Cagiano, Chico Buarque, Ademir Assunção, Glauco Mattoso, Luiz Roberto Guedes, Eltânia André y Augusto de Campos, de un calificado listado.

Un libro que en la emergencia nos sitúa en los terrenos de una realidad apremiante, tanto en patrimonios materiales quebrados como en derechos lastimados, que poetas y artistas asumen e irradian a los cuatro puntos cardinales, ya como denuncia y como necesidad de expresión y de diálogo, ante una brutalidad política sin medida. En sus páginas, las voces nos adentran en la intimidad de un cuerpo social herido, instancia a instancia, ya desde el golpe asestado a la democracia y a la razón con la destitución de la presidenta Dilma.

Ciertamente una obra emergente que señala un nuevo y estremecedor tiempo, también para las letras y el arte del Brasil.


                                                                              Eduardo Dalter

Buenos Aires, julio de 2018

_________________________

Nota de la Redacción: Es éste un comentario acerca de un amplio movimiento cultural y artístico, profundamente democrático, gestado estos días en el Brasil y del cual este blog se siente solidario. Las palabras del poeta Dalter dan  así cuerpo y espíritu a lo brevemente señalado.



domingo, 4 de junio de 2017

La Matanza: los poetas raigales

Almafuerte, Carpena, y los que siguen

                    



Seguramente Ricardo Rubio (1951), Lía Miersch (1950) y Daniel Battilana (1962), encarnen con algunas de sus obras los puntos más altos y decisivos de la poesía de La Matanza y de un ancho sector del conurbano oeste, así como Jesús Martínez (1941), Omar Cao (1948), Carlos Kuraiem (1956) y Patricia Verón (1965) extienden e imprimen en sus versos los tramos y vestigios de una identidad suburbana claramente recortada.
     La poesía de La Matanza brilla, se opaca y expone en la mayor evidencia en el marco no excluyente de ese conjunto de voces, que resultan insoslayables para cualquier buen observador o estudioso que se precie, ello además de las jóvenes voces surgidas estos más cercanos lustros y que con ritmos variables están comenzando a moldear  la continuidad de sus pasos en esos vastos e intrincados caminos.
     Una poesía atenta a su historia, pero por sobre todo abrazada a sus aires raigales, que ha sabido de resultas labrar una travesía, ya desde los tiempos en que tuvo su lugar la poesía de Lucina Álvarez (1945), poeta y docente de Villa Insuperable, trágicamente desaparecida hacia comienzos de la dictadura, y cofundadora en 1971 de los ciclos poéticos en la Casa de la Cultura de Ramos Mejía.
     Naturalmente, el horizonte es abierto y diverso, con nutridos ramajes de voces: desde Domingo de Cristófaro (1959) a Carlos Carbone (1959), y desde Luis Tedesco (1941) a Gino Bencivenga (1948), o a la más joven María Sueldo (1980), lo cual no hace sino confirmar lo que estamos expresando en torno de una nueva tradición del conurbano cuyas singulares premisas ya despuntan en los panoramas de la Provincia.
    Todos esos momentos están sobre la mesa, como testimonios generosos y sentidos del quehacer espiritual y escritural de un Partido, mientras se fueron sucediendo los vientos, en numerosas oportunidades no tan propicios. Se podrán observar o no; se podrán soslayar o no; se podrán ver con ligereza o no; y cabe aquí, para cerrar, esa expresión famosa del poeta Edgar Bayley: “Es infinita esta riqueza abandonada”.

                                                                                                   Eduardo Dalter

Ramos Mejía, abril de 2017



sábado, 13 de febrero de 2016

domingo, 15 de noviembre de 2015

El Teatro La Tapera y un importante encuentro


La exitosa presentación del libro “Ladrillo escrito”, de Víctor Pajarito Cuello, en una sala colmada por vecinos, amigos y poetas, se prolongó hasta tarde en una animada tertulia.
Un momento emotivo y de revelador voltaje cultural.






En el ya legendario Teatro La Tapera, de Gregorio Laferrere, tuvo lugar la presentación del poemario
Ladrillo escrito, del poeta Víctor Pajarito Cuello, ante una platea colmada por vecinos entusiastas y por conocidos poetas del Partido. El poeta Eduardo Dalter, ya en plena alocución, en compañía de Juan Uva, títere de la invención del autor de la nueva obra, destacó que las vivencias y expresiones del intenso libro en cuestión remitían en todos los casos a historias y motivos del conurbano, y subrayó que el evento estaba teniendo lugar en días de notable importancia para los destinos políticos del país. Asimismo, por esa instancia, remarcó la presencia de numerosos invitados que lucían cintas celestes y blancas sobre sus blusas o camisas como un hecho auspicioso.

Acto seguido, y ya con los aires templados, la voz afinada de la actriz Stella Maris Lanzilotta se fue escuchando en la sala en el silabeo preciso de algunos poemas del libro, mientras jóvenes actrices en una escena a media luz interpretaban con sus movimientos corporales y sus voces los contenidos, por momentos altamente dramáticos, de cada poema. Un conocido cantautor matancero, Santiago Delgado, interpretó tres temas en ritmo de chamamé que también supieron arrancar del público encendidos aplausos. Otra vez, y como ya es costumbre, las cámaras de TV Matanza Cultural estuvieron presentes desde temprano, e hicieron lo propio los cronistas de los diarios NCO, de San Justo, y El Nuevo Día, de Villa Luzuriaga, así como también del programa radial sabatino Cultura Desde el Pie.

Entre el público, que antes del comenzar el evento se fue agrupando en el patio del teatro, se contaron algunos historiadores del Partido, conocidos funcionarios locales, y lo más granado de la poesía y la narrativa matancera; entre otros: Pedro Chappa, Patricia Verón, Daniel Battilana, José Enrique Paredero y María Sueldo. Entre los invitados, también se encontraban el poeta capitalino Néstor
 Latrónico y el intérprete y poeta Fernando Noy, además del religioso fray Puigjané, quien se acercó al teatro en su silla de ruedas. En tanto, el dueño de casa, el poeta Gino Bencivenga, no perdió ocasión para colaborar en todo y mostrarse como un anfitrión de lujo junto a Stella Maris, quien además de interpretar a la perfección los poemas supo hacer y servir varias docenas de sabrosas empanadas.

Un momento significativo de la cultura local para recordar por mucho tiempo.


                                                De la Redacción de El Nuevo Día, de Villa Luzuriaga



martes, 3 de noviembre de 2015

Poemas de noviembre


PARA HACERLA BREVE

Ningún veneno es remedio




ESPEJITOS DE COLORES

Vuelven, vuelven a la historia




DETRÁS DE LA FIESTA

No hay, no habrá, ninguna fiesta




LA NOCHE CERRADA

Viene prometedora, encantadora...




HAY UN CANTO DE SIRENAS

Y un pozo ciego en niebla




                     Eduardo Dalter



sábado, 10 de octubre de 2015

Aquellos años ’70

5 poetas



      Fueron los años de la irrupción de los jóvenes poetas, que venían a decir presente en el marco de un tiempo controversial y pleno de interrogantes. Un tiempo de fervor y sueños, de protagonismo, de búsquedas y creatividad, también de violencia política y de tensiones mayores, que parecían irresolubles.
      En la Casa de Cultura de Ramos Mejía, durante el otoño de 1971, se organizaron dos ciclos poéticos destinados a los jóvenes, que se llamaron “Del monólogo al diálogo”, donde participaron los nóveles bardos Lucina Alvarez, de Villa Insuperable, Eduardo Dalter, de Villa Luzuriaga, y Elina Locatelli, de Capital, entre otros.
    Por otra parte, unos años después, en Lomas del Mirador, precisamente en 1975, dos jóvenes entusiastas, Omar Cao y Hugo Salerno, fundaban las ediciones y el grupo poético “La Luna que se Cortó con la Botella”, que habría de sumar varias ediciones, numerosos encuentros en una biblioteca de Mataderos e importante continuidad.
    Algunos años antes, si recordamos, el joven poeta Norberto Corti, de prolongada residencia en San Justo, fundaba en Ciudadela la revista poética “Las espuelas del Ángel”, con buena convocatoria, en un horizonte juvenil nacional de movilización cultural, también política, que habría de dejar en el tiempo huellas insoslayables.
      El arribo de la dictadura militar en marzo de 1976, con su furor represivo y sus cárceles clandestinas, en fin, con la militarización de la vida y el tendido de un grueso cerco a las ideas, habrían de tronchar o bien asfixiar a los proyectos culturales de esos años, que gestaron, no obstante, un germen y una marca indeleble en el tiempo.




Norberto Corti


ETERNIDAD

Cuando todo es lejano
como un sol de otra parte
y los días se achican
como algo irremediable,
en la vida de uno
son las dos de la tarde.

 

De Prontuario de la sangre, inédito.
De la antología Poesía de La Matanza, 1970 – 2015. Norberto Corti nació en
La 
Paternal en 1943. Reside en San Justo desde hace muchos años.



Jorge Luis López Aguilar


EL HOMBRE DEL BAR MIRA HACIA ATRÁS
evocando el calor de soles altos y lejanos.

La dulce trampa de la melancolía
lo retiene en otra tarde
(cuando cinco dedos temblorosos fueron
                                         cinco caminos).

El hombre del bar tiene los ojos agrietados
y la boca sin rastro de nombres y sonrisas.
(Toda caricia prófuga. Toda ilusión oculta).



De El hombre del bar (1979).
Jorge Luis López Aguilar nació en Buenos Aires 1950. Reside en Ramos Mejía.
El sueño de los cantores (1989) y Cantor secreto (2006) son otros de sus libros.



Omar Cao
  
LA FULERÍA

Tajos brutales
en los campos
cruces de barro
sostienen nuestro color
paredes rojas
y sobre
chapas de segunda clavada
será por eso que tenemos
sentimientos vulgares
paraísos
falsos cafés
y una resignación
ladina ante la muerte.



De
El linyera, poemario editado en 2011.
También en la antología Poesía de La Matanza, 1970-2015. Omar Cao nació en
Buenos Aires en 1948 y fue cofundador del grupo “La luna que se cortó con la
botella” en 1975.





Lucina Alvarez

PIEZA EN BARRACAS

César Vallejo ha muerto.
Y Modigliani ha muerto.
Y Mario y el Che y don Emilio
Lumumba y su risa nueva
Gerard Phillipe y su mirada azul.

Sobre cuatro jazmines de noviembre
y cuatro paredes tristes como el humo
se me siguen viviendo todavía.


De la antología de jóvenes poetas Los que siguen (1972).
Lucina Alvarez nació en León, España, en 1945. Vivió durante su niñez y su
juventud en Villa Insuperable. Fue docente en la Escuela de Estética Nº 1 de
Ramos Mejía, que ahora lleva su nombre. Fue desaparecida por la dictadura
militar en mayo de 1976.



Jesús Martínez

UN GUITARRERO SE CONFIESA     

                                                             A don Horacio Guarany,
                                                             entre vasos


      Yo di muchas ventajas en la vida; una por mi desmemoria
repentina, que me obligó a estar en lugares donde nunca hubiera
querido, o bien me empujó a atravesar situaciones engorrosas,
de las que no podré olvidarme.
      Y otra, para continuar, ese dolor de muelas intermitente al
que ningún odontólogo le pudo encontrar raíz ni explicación, pero
que me aturde de tarde en tarde como un grito que atraviesa mis
oídos hasta tomarme el pecho.
      Así fue difícil concentrarme, también para el estudio, inclusive
para los convites, ya que si no era una cosa era la otra, o las dos
juntas, que me arrastraban a algo parecido a un pantano, como
aquellos de Lomas del Millón, hace ya un tiempo.
      Sin embargo, aquí están mi viola y mis cuerdas importadas,
además de mi púa y mis cuadernos. Y mi humor, que, no obstante
mi asaltada vida, me lleva como una tercera pierna, la más confiable
y la más fuerte.



De Conversas (1980), editado en Paraná, Entre Ríos.
Jesús Martínez nació en Tablada en 1941 y falleció en Morón en 2002.
Fue también compositor y músico.
                                                                                 




domingo, 4 de octubre de 2015

A 60 años de la publicación de una obra insoslayable


Elías Carpena y su libro “El cuatrero Montenegro”






Este año se cumplen seis décadas de la aparición de una de las obras más destacadas del poeta y narrador Elías Carpena, la cual conforma junto con los Romances del pago de la Matanza (1958), también de su autoría, uno de los núcleos referenciales de la historia de las letras matanceras, a contar desde Almafuerte.

El hecho de ser sus motivos y sus páginas prácticamente desconocidos en el Partido, inclusive para los historiadores locales, al menos en estas décadas y con la excepción de la Universidad local, no hace mella en una obra básica para el historial cultural de La Matanza, y que, no dudamos, en algún momento habrá de ser dispuesta en su sitio.


El cuento El cuatrero Montenegro, que es pieza central del libro de igual nombre, deja en evidencia el conocimiento profundo que el poeta tenía del habla, de las costumbres y del paisaje humano orillero, también de los rigores de una vida entre paria, gris y desolada, y donde el inclemente poder conservador hacía estragos.


La pluma de Carpena, en su momento destacada por los críticos Cambours Ocampo y Ángel Mazzei, supo dibujar con maestría y agudeza en sus valiosas obras de base, que también son documentos,  los perfiles del hombre de los bordes y de los abismos sociales para dejar testimonio encendido de la vida ruda y al desnudo en el Partido.


La historia en cuestión tiene lugar en un duro y agitado itinerario, como leemos, en las postrimerías del bajo Flores, en Villa Lugano, en las orillas del Río Matanza, en las cercanías del Puente La Noria, en proximidades de la avenida Campana (por estos años Crovara) y, ya en forma de ánima o de alma del ya cercado cuatrero, en los bajos de Laferrere.


Otra vez Carpena atraviesa los horizontes querenciales para ir desgranando las instancias de su historia, que por lo que podemos suponer acontece en los albores (o algo después) del controversial siglo XX, cuando La Matanza, aún en el habla corriente llamada pago, era tierra de paisanos, de tropilleros, de chacras, de soledades y de baldíos.


                                                                                 Eduardo Dalter
                                              y Redacción de Poesía de La Matanza, blog

De El cuatrero Montenegro; Editorial Ciordia & Rodríguez, Buenos Aires, 1955.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Edmundo Chacour - Un recuerdo de los poetas





En Ramos Mejía y en el Oeste del conurbano dejó un rastro imborrable, y, a partir de su exilio, en Murcia y en el sudeste de España, donde su talento como director teatral y como maestro supo recibir un prestigioso lugar de mérito. Había nacido en Ramos Mejía norte en 1933 en un humilde hogar de libaneses, y desde muy joven sintió una pasión de vida por las tablas. Integró distintas compañías mientras avanzaba en su formación hasta afirmar su órbita de trabajo en el Teatro del Pueblo, que dirigía el recordado Leónidas Barletta. Se lo solía encontrar de manera frecuente en rueda de estudiantes de teatro y de amigos en el bar Dos Avenidas, de la esquina de Avenida de Mayo y Rivadavia, hablando de sus pasiones: el teatro, el tango y el fútbol, e intercalando a menudo frases o versos de Discepolo, de Manzi o de Cadícamo. Se lo apodaba afectivamente “el Turco”, y en esos años del ’60 y del ’70 puso en escena en la Casa de Cultura de la calle Belgrano varias obras a sala llena, además de dejar su siembra mayor en la enseñanza de su arte. “Las siete muertes del general Quiroga”, de Pérez Pardella; “La zorra y las uvas”, de  Figueiredo, y la universal “Romeo y Julieta”, de Shakespeare, fueron algunas del las obras que supo subir a escena, en algunas de ellas destacándose también como actor. En 1998 tuvo edición en España su libro Arenas que la vida se llevó, integrado por una compilación de artículos. Sin dudas, un hijo pródigo de la Provincia; un maestro y un humanista que debió degustar las mieles amargas del exilio. Falleció en el verano ibérico del año 2000. En la localidad de Beniaján, Murcia, el Teatro Edmundo Chacour, una de sus creaciones mayores, continúa con su escuela y sus funciones.




* Edmundo Chacour acompañó cada semana el ciclo poético fundacional “Del monólogo al diálogo”, que tuvo lugar en el otoño de 1971 en la Casa de Cultura de Ramos Mejía, donde el director teatral daba clases y ensayaba sus obras.



lunes, 14 de septiembre de 2015

María Meleck

Una poeta surrealista en Ramos



                                                                                        Es difícil para mí vivisecar mi poesía. Observarla 
                                                                                        en sus detalles como un insecto bajo la lupa. Y
                                                                                        regodearme o enemistarme con ella. Confundir
                                                                                        pulsión azarosa con sabiduría o belleza. Ya que 

                                                                                        nada conozco de análisis literarios ortodoxos.
                                                                                                                                                        M. M. V.

De muy joven había venido a la ciudad de Buenos Aires, año de 1945, desde su pequeño pueblo del valle de San Javier, al sudeste de Villa Dolores, y en la ciudad se fue haciendo, verso a verso, una poeta de corte surrealista, pero de un surrealismo un tanto particular, sin teorías complejas ni preconcepto alguno. Ella gustaba repetir “la poesía debe hacerse sola”, y cambiaba de tema muy rápidamente, como trabajando a todo nervio sobre un asombroso collage de signo surreal. Yo la visité en tres oportunidades, tres tardes intensas y cálidas, en su departamento alto situado frente a la estación Ramos Mejía, en una de las cuales compartimos horas con la poeta Montserrat Bertrán, su afectuosa amiga. María Meleck era por demás entusiasta y amable, y gustaba tener las fotos de sus amistades en un panel, en su sala, a la vista de los poetas visitantes. Y algunas veces leía sus poemas, pero siempre hablaba de su querido y admirado poeta Madariaga. Una tarde me encontré con ella en casa de Montserrat, en Castelar, y charlamos y leímos poemas hasta que se hizo la noche. Esa tarde, entre otros motivos, ella habló algo apesadumbrada de la catástrofe humanitaria de Ruanda, y además sus versos decían de su sentir estremecido ante esa cruda realidad de desvarío. Después hablamos varias veces por teléfono, en la última de las cuales me dijo que su salud no mejoraba, que pensaba dejar su departamento de Ramos, e irse a vivir con su hija en Portezuelo, Uruguay. Con preocupación fui a visitarla, y departimos un momento un tanto breve en el comedor, donde conocí a Juana, su hija, que había arribado para asistirla; y su mirada, sus tonos, lo advertí de inmediato, ya eran otros. Algún tiempo después, hacia comienzos de noviembre de 2010, todos recibimos con tristeza y recuerdos la noticia. Tenía 89 años, persistentes ensueños, y no le agradaba decir su edad.

                                                                                                                  E. D.


                                                          o o o o o

Un poema recordado


LAS FORMAS DEL VACÍO

Casi no conocemos las formas del vacío
giran como la vida en hongo y calesita
Allí el puerto es de fuego La aventurada niña
El país tan remoto y el doliente fantasma
Casi no conocemos las trampas del vacío
Aires que desfallecen al laúd de los árboles
Sus humillantes filtros queman lenguas azules
Y desquician las trémulas mariposas de mayo
Lentas sobre el desierto nuestras máscaras caen
Y a una señal del ángel sin nombre estremecido
Bajamos este rostro hacia la dura tierra
y el inservible rostro respira por la lluvia
Dulce Orfila tu boca la miel de tu garganta
Naturalmente gimen con su verbo amoroso
En bocacalles lívidas y cuadrantes solares
Barriendo los espejos libres de la colina
Casi no conocemos las noches del vacío
La mujer peligrosa de ensombrecida prole
Con saliva imantada que el espacio destila
Un licor venenoso derramado entre flores
El vacío es de Dios y se aferra a su llama
Hace ver primaveras Camina entre abedules
Allí el puente es un limbo de oro negro y banderas
Un país remoto y un doliente fantasma


 De Infiernos solares (1988)



María Meleck Vivanco nació en Yacanto, Córdoba, en 1921. Desde muy joven vivió en los barrios de Flores y de Villa del Parque de la ciudad de Buenos Aires, y, ya mayor, durante un tiempo prolongado en Ramos Mejía, antes de partir a Portezuelo, Uruguay, que resultó su última morada. Fue autora de numerosos poemarios y el conjunto de su obra ha sido destacado en el país y en el continente por importantes poetas y críticos. En 2008 el Fondo Nacional de las Artes editó su Antología poética. Una biblioteca de Buenos Aires, en su homenaje, lleva su nombre.



sábado, 12 de septiembre de 2015

Acerca de la Feria del Libro de La Matanza


Sorprende, por lo menos sorprende, que en la Feria del Libro municipal la historia de la cultura del Partido y la historia de las letras del Partido hayan estado siempre ausentes, por lo menos hasta su versión VIII, que es la que está teniendo lugar por estos días. También brillaron por su ausencia las muestras de cultura, de literatura y de arte, en sus expresiones más diversas y significativas, que se han acuñado en la amplia extensión matancera y que han movilizado ciertamente a poetas, escritores y artistas, e inclusive a la prensa local y al sindicato de docentes.

Sorprendió, y mucho, ese hueco, que no puede ser cubierto por nada, aunque así se desee, ni con funcionarios capitalinos o de estado, ni con rimbombantes discursos, ni con invitaciones especiales a cantautores de moda, porque se está dejando por fuera a la propia historia cultural local en sus signos decisivos y en sus variados modos de expresión. Y ello no puede ciertamente ser obviado, o traspapelado, con los paisajes y firmezas de un supuesto universalismo cultural, que, a la postre, tampoco está presente.

Almafuerte, Martiniano Leguizamón, Elías Carpena y su referencial obra Romances del pago de La Matanza, baluartes e hitos de las letras y de la vida cultural del Partido, fueron siempre los grandes ausentes de estas difundidas ferias del libro, que flotaron o levitaron o permearon en ausencias. Cae entonces por su peso la pregunta: ¿qué queda para todo lo demás? Aunque ello apunte con fuerza a otra pregunta: ¿cuánto habrá que aguardar para que estas ferias resulten un signo de irradiación y de proyección cultural basal del Partido?

En el curso de la Feria anterior hubo algunas opiniones, inclusive algunos blogs, que advertían y a la vez manifestaban su desaprobación por tantas ausencias, y daban nombres, numerosos nombres de intelectuales, poetas y escritores; no de una omisión, de tres o de cuatro, sino de nombres conocidos de un corpus completo o de un río matancero de omisiones y ausencias, cuyas invisibilidades abaratan siempre, de más está decir, a todo el horizonte de la Feria y hasta a su razón de ser, no a la historia de la cultura y de las letras de La Matanza.

Para concluir: ¿en la VIII Feria, recién iniciada, acontecerá lo mismo de siempre?, ¿o habrá novedades substanciales, todavía no anunciadas? Celebraríamos de buena gana que fuera esto último, porque también en cultura y en letras, imposible será tapar el sol con un dedo.


                                                          
Poesía de La Matanza, blog/ Redacción

viernes, 4 de septiembre de 2015

Poesía de La Matanza: entre docentes y periodistas



                                                                                   al Suteba filial Matanza
                                                                                   y a la redacción de NCO

Entre las cosas y motivos que es propicio subrayar en el marco de los hechos culturales, artísticos y literarios del Partido están la atención y la sensibilidad de los docentes (en especial del Suteba San Justo) y de algunos de los más conocidos periódicos de la zona, los cuales fueron siguiendo las instancias a las que nos estamos refiriendo y a la vez difundiendo al respecto artículos tan informados como oportunos.

Sin dudas, es un hecho para destacar; y ello mientras los funcionarios e historiadores locales no alcanzaron nunca a vislumbrar el crecimiento cualitativo y la extensión de la producción cultural y artística zonal, como si se tratara de un cuerpo invisible, acaso, o sin mayor importancia, y no de un plano decisivo para la proyección raigal del Partido. Digamos, al pie de estos tiempos, que casi todo está por descubrirse.

Porque la producción cultural y artística en La Matanza ha venido tomando cuerpo y presencia, así como los cardos y el diente de león en los baldíos, sin atención alguna, y sin más calificación que la que otorga la irradiación del trabajo realizado. De cualquier forma, digamos como atenuante que la cultura y el arte, en especial la poesía, son una novedad sociocultural en el Partido.

Novedad, no obstante, que tiene algo más de cuatro décadas de estar creciendo, si contamos desde aquellos ciclos organizados por la Casa de Cultura de Ramos Mejía en el otoño de 1971, donde también participó la conocida poeta desaparecida, Lucina Álvarez, vecina de Villa Insuperable, mientras en los libros matanceros de historia nada se dijo. Aunque sí estamos seguros, más temprano que tarde, que se comenzará a decir.

Así, en los planos cultural y artístico, además de la apertura firme del gremio docente, la labor de los periódicos NCO, de San Justo, y El Nuevo Día, de Villa Luzuriaga, entre otros, viene resultando fundamental para informar a la población, y hasta a los propios funcionarios y estudiosos, del crecimiento y la proyección de las letras locales, que ya están mereciendo la atención de los círculos y ruedos bonaerenses y capitalinos.

Se está en crecimiento, y ante cuestiones a resolver y ordenar; y en estos tramos del sendero, se está a tiempo. Mientras, el quehacer del periodismo local
NCO, El Nuevo Día, Sic resulta relevante, inclusive para dejar registro impreso. Porque en toda sociedad que se precie, la cultura, el arte y la educación son fundamentales, como el pan, y porque el pan no lo es todo, ni es, se sabe, el fin de todo deseo. ¿O sí?


                                                             Poesía de La Matanza, blog/ Redacción




martes, 1 de septiembre de 2015

Daniel Battilana - Destellos




Autor de numerosos libros, cuya suma incluye también varios poemarios, como Nicutaldia (1995), Aguamenor (2001) y Vulnerario (2002), entre otros, Daniel Battilana (1962), durante muchos años vecino de Tablada, puede contarse entre las voces poéticas de significación de la provincia de Buenos Aires. Poco amante de frecuentar los círculos literarios de su Partido y de localidades vecinas, ha venido ofreciendo en el tiempo, no obstante, numerosas lecturas en cafés literarios y en centros culturales de la ciudad. Y ha edificado una obra de pulsión sanguínea enrumbada en la impronta de una existencialidad vívida y de una metafísica de sesgo sorprendente. Sus poemas breves, epigramas o dísticos, por lo general incluidos en su blog, y que datan del curso de esta década, lo evidencian en algunos de sus mejores momentos, donde el destello revelador es la constante que va jalonando el decir de una voz en su diversidad y plenitud. Daniel Battilana colabora a menudo en publicaciones bonaerenses y sus poemas fueron incluidos en la antología poética de La Matanza, Ediciones del Nuevo Cántaro, que se publicó hace unos meses.

                                                                                           E.D.



Cuando nos rozamos
             aparece la palabra.



                         *


En Babilonia el sol era la imprenta
y el barro su papel. 

                         *


No hay interior sin poesía. No hay poesía 
de lo exterior que no parezca lenguaje.


                         *


Baja discretamente abandonada
piel cansada de acercarse.



                         *


Todo es una fantasía moral
reducida a una pena escrita.



                         *


En sombras vamos
salvo en el aspecto.



                         *


Espejito mío!
Te he traído unas ricas manzanas…



                         *


De esto que no sé si da exacto
si da roto
si da cierto
en la arruga de Dios.



                          *


El cuerpo es el humano
que nos trae hasta acá.



                          *


No quiero conmoverte
sólo que mires lo no dicho.




miércoles, 26 de agosto de 2015

Una invitación




Invitamos al acto de presentación del poemario Ciclo lunar,

de la poeta Anahí Cao, publicado por la editorial La Luna Que, 
que tendrá lugar en el salón de actos del Suteba Matanza, Av.
Perón 2941, San Justo, el 
viernes 28 de agosto a las 18.30 hs.
Habrá lectura de poemas, canciones y un brindis de honor.


Adhesión del blog Poesía de la Matanza y del periódico El Nuevo Día, de Villa Luzuriaga.


Ver nota del diario NCO


lunes, 24 de agosto de 2015

Elías Carpena y los romances del pago



Elías Carpena (1897-1988) es una de las voces potencialmente referenciales y reveladoras del horizonte de la poesía de La Matanza y de la Provincia de Buenos Aires. En sus tramos está presente la vitalidad de una identidad puesta en encuadre y en movimiento y están también aquellos viejos paisajes humanos del Partido, que el investigador y escritor supo conocer en detalle.

Expresé el término “potencialmente” porque a Carpena, acaso extrañamente, no se lo estudia en las escuelas –los maestros poco o nada conocen de él–, y hasta en los ámbitos culturales cercanos es prácticamente nula su circulación. Aunque queda como descargo sincero, sí, que los libros de este importante autor están agotados desde hace un buen tiempo, y, también, que en la Universidad local se lo tiene muy presente.


Elías Carpena, quien vivió en Villa Lugano y en Villa Soldati, fue autor de una vasta obra, y un caminante estudioso de los senderos y las trochas del Partido, desde la avenida Campana (por estos años Crovara) hacia la derecha y la izquierda del Camino de Cintura, como un amigo franco de la vida dura de estos lares, por aquel
 entonces poblados de pulperías y de hombres a caballo.

Sus
Romances del pago de La Matanza es una obra única de su intensa producción, que fue publicada algo tardíamente, en 1958, pero en la que deja plasmada la evidencia de la identidad, el carácter y los aires del Partido. Entre sus páginas, verso a verso, es posible descubrir aquellos viejos signos raigales, o de origen, que aún tienen alguna expresión, sabor y notoriedad. 

Otros libros referenciales de la producción de Carpena son
Romancero de don Pedro Echagüe (1936), El cuatrero Montenegro (1955), Barrios vírgenes (1961), El caballo overo rosado… (1965), Ese negro es un hombre (1967) y Romancero del coronel Dorrego (1970).


                                                                            Eduardo Dalter


                                                                * * *


CLAMOR DEL NEGRO JESÚS CLEMENTE
(Fragmento)

Me hundiré en mis soledades
y quebraré todo yugo,
pondré barreras bien altas
entre mi casa y el mundo.
Me recogeré en secreto;
si las soledades busco
es para llorar desdichas
que no las dije a ninguno.
Al pañuelo de mis dichas
le han desatado los nudos…
por las dichas que me llevan
ponen tristezas algunos.
No comprendo a tantos hombres
que a Dios le tributan culto,
¿por qué si temen a Dios
son con los hombres injustos?
No sé por qué ciertos hombres
de sentimientos tan duros
se ensañan con los humildes
mostrando que son verdugos.
¡Pues si ellos lo tienen todo!
¡Si van del placer al triunfo!
¿Por qué el filo de sus hachas
prueban en árbol desnudo?
Ya la mentira y la audacia
tienen al mundo en un puño;
¡así vive el hombre tímido
entre fieras gemebundo!


                 Elías Carpena



De Romances del pago de la Matanza (1958)


domingo, 23 de agosto de 2015

Un poema de Ricardo Rubio


LA RAZÓN ES CIEGA CUANDO SE AGITA UN PRISMA

Cualquier palabra no es tu palabra;
no es tuya la voz del niño
     con garganta de trueno,
ni el color del tulipán, ni la brisa del sur.
Ese escudo no te cubre del temor,
esa cota no impide el paso de las flechas.

A veces, la luz se dispersa
     para dejar un hueco confuso
     en el ojo de los hombres.

Cuando los bosques en tierras aún indecibles
     no imaginaban su follaje,
cuando el sol era un punto
     con todos los puntos encendidos,
cuando los astros eran fragmentos
     de un único astro incomprensible y loco,
y la molécula vibraba en la insistencia,
     el escriba ya era parte de un recuerdo
     en la materia,
y aunque sus ojos no atinaban ni el espíritu
     ni el hueso, ni el calor, ni la intemperie,
en su inercia la vida planeaba la risa de la pasión
     y el cuarto oscuro de la ciencia.

Luego un hombre entrevió el roce, la fisura,
el músculo partido
     por la simple disolución de la franqueza. 

Y gimió.



Poema leído por Ricardo Rubio en el café Montserrat en ocasión de la presentación
de la antología Poesía de La Matanza, 1970-2015 el viernes 21 de agosto
.


 
Ricardo Rubio lee en el Suteba Matanza.